Gio’ Battista Campagna jefe de casa de años 30, Bella mujer suya, Silvestro hijo suyo, revela una casa existente en esta tierra en la calle de Sancto Jacopo confinante con Andrea di Fatta y con la casa de M Petro di Majo (Archivo de Estado de Palermo, Documentos del Tribunal Real Patrimonio, V. 1166, f.252, año 1584).

Sibiuni di Angelo jefe de casa de años 40, Fata mujer suya, Gioanne hijo suyo de años uno, revela una casa donde él vive en la calle de Sancto Jacobo confinante con la casa de Ambrosio lo Cascio et. via pub. por el precio de unzi cuatro (Archivo de Estado de Palermo, Documentos del Tribunal Real Patrimonio, V. 1166, año 1584).

La iglesia en su interior posee tres naves, divididas por pilares en los que se apoyan arcos de medio punto; la cobertura hoy es de cerchas de madera después de la reconstrucción del techo original, constituido por cañas y decorado con motivos florales y escenas en Coena Domini. Al exterior hay una masiva escalera de piedra y un campanario con sólo dos campanas de forma diferente, con el característico repique argentino.

La iglesia al final de los años 50 y hasta el 1993, por ser semiderruida, fue cerrada y el simulacro del Santo por todos esos años fue guardado en la Nueva Matriz.

La pequeña iglesia, puesta en el centro del pueblo, aloja al simulacro de Santiago Apóstol el Mayor, puesto en la capilla central, patrono de la comunidad; San Isidro, protector de los vaqueros; San Eligio, protector de los pescadores y otros Santos queridos a los habitantes de Gratteri: San Juan protector de la cabeza, San Blas de la garganta.

El simulacro de madera de Santiago, enchapado en oro sólido, tiene sobrepuesta una cúpula de hierro, sostenida por columnas y terminante con una estrella de ocho puntas de estilo español. El peso del objeto, según voces del pueblo, es de 18 cántari, o sea 1440 kilos.

La imagen del Apóstol está representada en posición erecta, con el evangelio bajo el brazo izquierdo que atestigua la palabra de Dios, mientras en la mano derecha empuña un bastón del peregrino en que se ata la escarapela y dos llaves de bronce para simbolizar su papel de guardián de la aldea. En la nave central aún se lee: “Protector noster est pr. 3220” (Es nuestro Protector, salmo 32, 20).

Del inventario de los bienes muebles de la iglesia de Santiago, redactado en el 1910 por el vicario foráneo A. Chichi, se lee que la estatua de Santiago es obra del 1600, restaurada y decorada en oro en el 1897 (Di Francesca 2000).

La escultura es fuertemente expresiva y el mismo Pitrè la describe así: “Santiago es una estatua al natural, con cara roja, y ojos negros y agudos que dan miedo a quien los mira” (Pitrè, 1881).

La devoción gratterés toma su origen, según la tradición, en la ayuda que el Santo dió a Ruggero el Normando en la lucha contra los Sarracenos para liberar Gratteri de su odiada opresión”.

El mismo Ruggero después de ese episodio, en el 1150, quiso donar a los Señores de Gratteri la reliquia, un fragmento de hueso del costado de Santiago (Scelsi, 1981; Villa Bianca – Opuscoli – Q.q. E 102, Biblioteca comunal de Palermo).

En el 1597 la reliquia ya está citada en un inventario relacionado a la Iglesia Madre y resulta guardada en una caja de plata junto con otra reliquias (Anselmo-Margiotta, 2005).

Dentro de la iglesia de San Giacomo hoy se encuentra uno de los crucifijos de madera policromada más antiguos que data de principios del siglo XVI. El investigador Giuseppe Fazio, en su tesis doctoral sobre la exposición y el uso de la cruz en edificios religiosos sicilianos entre el Regnum normando y Ayuntamiento de Trento, atribuye esta obra a la mano de Salvatore Pellenito, tras haber encontrado un documento que data de 1508 y procedente de la iglesia de San Leonardo, que ya no existe.

Esta obra fue encargada el 24 de abril de 1508 para esta iglesia de Gratteri junto con otra cruz realizada por la mano del mismo autor. El segundo crucifijo, hoy desaparecido, tenía cuatro palmas de altura (aproximadamente 1,10 m), acompañado de una compleja cruz tallada con cabezas de cruz en forma de mesa redonda. Sobre su cabeza estaba representado «un pellicano di relevo cum tri pellicanotti et una serpi che staianu tutti sutta lu nidu» y nuevamente a los pies de Cristo el cuerpo de Adán y una “fosa” con la imagen de San Leonardo.

Queda el pesar por la pérdida de la interesante cruz tallada descrita en el documento, pero afortunadamente se salvó uno de los dos crucifijos encargados a Pellinito, identificable por los críticos de arte con el que se exhibe hoy en la iglesia de San Giacomo en Gratteri. (Véase también S. Anselmo – R.F. Margiotta, Los tesoros de las iglesias de Gratteri – 2005).