Cueva Grattara, cueva sarracena
oreja semillas ovaladas de almizcle y capelvenere
¡Abierto en la roca milenaria!
Niño, al mirarte, tuve miedo
Y vi la cueva del misterio.
Cueva Rascara, cueva sarracena
oreja semillas ovaladas de almizcle y capelvenere
¡Abierto en la roca milenaria!
Dame de nuevo esa agua que bebes
en tu pedregosa fuente
cuando en ti apagó el calor
este corazón mío sediento;
en tu fuente que como un altar
de una paganidad simple y esbelta
¡Se levanta solemne entre las estalactitas!
A la pedregosa fuente las inocentes
palomas se alternan y leen
Sacuden la sed, vuelven al azul.
En el silencio nocturno y en el misterio
las buenas hadas, en místico susurro,
purísimas palomas a pie ligero,
por las estragos descienden y desciende
en el frío enero la temblorosa
Vieja que trae regalos a los más pequeños.
En el silencio más oscuro de la noche
¡Los cuellos caen en las chimeneas!
Luego vuelve a la cueva y se esconde:
Hace frío la vieja Befana.
(G. Ganci Battaglia, Recondite Armonie, Palermo 1930)